Desde hace muchos siglos que esta porción de agua es sustento de la economía de algunos países, por lo cual se impusieron leyes que regulen la captura y así quienes vayan al lugar consigan especies de buen porte como el Atún Rojo.
Pescar en el Mediterráneo significa un sinfín de reglas y discusiones sobre la conservación de las especies. Sin embargo este mar del suroeste de Europa y del norte africano tiene una rica variedad y cantidad de especies que representan un punto fuerte en la economía de algunos países.
Desde hace miles de años romanos y egipcios vieron en esta porción de agua un sustento muy importante para sus economías y así también para poder alimentarse de la riqueza que allí había.
Por la razón mencionada recién es que el área comercial es la más fuerte en el mar Mediterráneo, las zonas portuarias fueron creciendo con el paso de las décadas, por lo cual también hubo que crear entes que regulen la sobreexplotación de los recursos. Las leyes sobre la pesca fueron cuidando un poco más las cantidades obtenidas por cada navío, a pesar de esto siempre hubo quienes no respetaron tales regulaciones.
Más allá de que las economías de varios países sean sostenidas por las capturas, también hay lugar para quienes quieran atrapar peces de manera deportiva. Varias son las técnicas utilizadas, ya sea desde la costa o bien mar adentro con alguna embarcación (la cual es la más atractiva).
El hecho de ir hacia zonas profundas significa buscar la obtención de grandes especies, entre ellas está una de las más cotizadas, el Atún Rojo (el cual abunda en la región). También existe la posibilidad de dar con el Pez Azul, Meros y Peces Espada, entre otros.
Lo que hay que saber sobre la primera de las familias mencionadas en el párrafo anterior, es que no se permiten más de 3 ejemplares atrapados por barco. Por ende hay que tener bien en cuenta eso si se quiere evitar multas. Lo bueno del atún es que se consiguen presas de pesos que rondan en los 100 kilos.
Después aparecen otras especies como los sargos, que junto con otras tantas, es de las que se pueden obtener desde la costa. El curricán es uno de los estilos que se elige en los límites del mar Mediterráneo.
Más allá de la tecnología que se pueda emplear para saber dónde puede llegar a haber pique, un gran indicador pueden ser las aves de mar, las cuales forman parte del paisaje y muchas veces sobrevuelan las zonas donde descienden en busca de comida. Eso ayudará a los pescadores a elegir bien el sector.
Esta porción de agua quizás no sea la mejor del mundo en el área deportiva, pero si se la puede catalogar como una zona de grandes ejemplares.