La pesca ha sido una actividad practicada desde la antigüedad como medio de subsistencia y luego como actividad económica hasta nuestros días.
La pesca industrial se realiza en diversas partes del mundo con la idea firma de propiciar alimentos nutritivos y de buena calidad de carne a las masas. Pero ¿qué pasa cuando la pesca industrial a pesar que trae desarrollo a las ciudades cercanas a las costas realmente lo que hace es depredar la vida marina? Sobre esta inquietud existen diversas ideas encontradas pero siempre hay que tener presente que lo que se tiene actualmente así como existe también cualquier día repentinamente puede desaparecer tras una mala gestión o desinterés de la propia población.
La pesca industrial es el resultado de la expansión y la demanda de los productos de la actividad pesquera que emplean diversas herramientas y técnicas para pescar en grandes cantidades con la intención de ofrecer especies marinas a las grandes masas poblacionales. No obstante, con el paso del tiempo se ha conseguido llegar a una crisis de recursos explorados, en algunos casos por exigencias mundiales que han sobrepasado los límites.
Para muchos críticos de la pesca industrial consideran que su función principal debería ser encargarse de la explotación de recursos marinos que los pescadores de actividad artesanal no pueden realizar. Además de que las actividades y operaciones que realiza la pesca industrial no produzcan subproductos que sean los causantes de la contaminación del mundo marino.
Desde 1950 el consumo de pescado ha quintuplicado su cifra en todo el mundo y muchos de las capturas que se realizan están en condición de ilegales. Además qué control exhaustivo se puede tener si sólo el 0,7 % de los océanos se encuentran protegidos y las empresas de pesca industrial superan un 40% la capacidad de extracción que se les está permitida; aún más indignante es conocer que cerca del 88% de las reservas pesqueras no tienen atención debida y por ello sufren de sobrepesca.
